lunes, 5 de diciembre de 2011

Dignidad...


DIGNIDAD... de Raquel Norma Smerkin Roitman

Gran responsabilidad me toca,
al intentar definir
esta cualidad,
inherente al ser humano,
porque es parte de su
esencia.
La dignidad no se adquiere
del entorno social,
la dignidad es aquello
con lo que nacemos,
es sentir el valor de ser
y existir.
Es una actitud de auto-respeto
hacia nosotros mismos,
es la autonomía de la voluntad,
que nos hace dignos,
porque tratamos de ser
excelsos en lo que somos
y hacemos.
No hay valor más supremo
que la dignidad,
es la puerta que nos lleva
hacia la libertad de elegir,
como y para que vivir.
Ejercer la dignidad
es tener consciencia plena
de nuestras posibilidades,
de nuestro alcance,
respetando siempre
a los demás,
actuando con seriedad
cuando se trate
un asunto que importe
a nuestros principios.
Indigno es aquel que
va contra la propia esencia,
no le interesa ser persona,
se rebaja ante sí mismo,
no respeta, ni se respeta,
y malgasta su ser
tirando lo valioso por la borda.
Digno, es en realidad
el que se siente plenamente
un ser humano,
que no termina nunca de
aprender lo que
es capaz de llegar a ser,
sin herir ni humillar,
teniendo en claro
el valor de sí mismo
y el de los demás.
Dignidad, cualidad innata,
no adquirida,
si no la sientes,
no te sientes persona
todavía.
Si eres fiel a tu origen,
si crees que vivir
vale la pena, usando
tu razón, tu libertad,
y la autonomía de
la voluntad,
eres un ser humano digno.
Autoría: ©Raquel Norma Smerkin Roitman
4.12.2011
©Todos los derechos reservados 2011

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