viernes, 30 de diciembre de 2011

La soledad...


La soledad... de ©Raquel Norma Smerkin Roitman
La soledad es sabia,
por momentos duele,
te desplaza, te hiere,
pero también te enseña
a correr con las
piernas del alma,
cuando las tuyas
no pueden...
Aquí sentada,
de la mano de
mi soledad,
veo pasar la vida,
tras el ventanal,
y unos pájaros me cantan,
y unas mariposas se posan,
en mi garganta,
para contagiarme la alegría
de poder volar...
La soledad me hace llorar,
pero también acompaña
mi imposibilidad de caminar...
Me regala tiempo para reflexionar,
para poder meditar,
en encontrarle el verdadero sentido,
a cada cosa que transito...
Desde esta silla de ruedas,
puedo verme completamente entera,
aunque la soledad me duela,
aunque mis piernas no accedan
a los deseos a órdenes directas,
pero yo permanezco,
con ella, la soledad,
a mi manera,
profundizando la vida,
hasta la última gota de su néctar...
La soledad me lleva
en la imaginación a marchar,
por los senderos de la autoestima,
que jamás deberé abandonar...
La soledad, me entristece,
me acentúa el aislamiento,
pero también me conduce
a los caminos construidos
por sus profundos vericuetos...
La soledad, gran compañera
que por los caminos del alma,
me enseñó a caminar
sin piernas...
Autoría: ©Raquel Norma Smerkin Roitman
18.12.2011
©Todos los derechos reservados 2011

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