martes, 10 de enero de 2012

El infinito es mío...


El infinito es mío...

Siempre te temí,

como si fueras

la prueba de algo

que nunca acaba

en un angustioso

devenir de las almas...

Ahora te adquirí,

así de repente,

embebida por su calma,

no me inquietas,

no me impacientas,

al contrario, digo:

el infinito es mío,

me apoderé de él

desde que tengo

tu cariño...

Sé que no acabará jamás

este tiempo que ya

de tiempo nada le queda,

es un eterno momento

en donde el alma rueda

en una ruleta,

o como un trompo

sin parar... y a su manera...

Me dejo llevar

por su profunda velocidad

espiritual,

y me envuelvo

de un indefinido afán

de perdurar en el sentimiento

porque sé que la muerte

no puede con ellos...

El infinito es mío,

no encontraré en él el vacío,

tan temido...

Sí encontraré en sus aristas sombrías,

una paz sin nombre

de las almas que se encuentran

para compenetrarse en la tierra

que sólo conocen,

los que el amor recogen,

de su esforzadas siembras...

El infinito es mío,

ahora que lo deseo,

con ansiedad lo espero...

y por Dios... que no le temo...


Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

9.12.2012

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