miércoles, 12 de octubre de 2011

Agrégame, agrégame...


Agrégame a tu alma,
hasta que me reconozcas
en tí mismo,
hasta que no distingas
mis ojos y mi brillo,
porque en los tuyos
se habrán perdido...
Agrégame a tu corazón
que mi sangre
se unirá a tu sangre
y latiremos al mismo
tiempo del amor...
Agrégame a tu ser
allí me quedaré
prendida de tu costilla,
besaré tus mejillas
hasta el anochecer...
Agrégame a tu vida,
agrégame a tu destino,
déjame pertenecerte
como el rosal a la rosa,
como la arena al mar,
como la piedra al mineral,
como el amor a la pasión...
Agrégame sin titubear
estoy dispuesta a compartir
cada uno de tus instantes,
hasta el mismo momento
de tener que morir.
Agrégame a tu vida
antes de que sea tarde,
agrégame que a cada
paso disfrutado y vivido
no has advertido que
nos queda menos de vida,
porque la muerte
se aproxima...
Agrégame sin pensarlo
sin desperdiciar
ni un momento de amor,
que tiene un final el camino,
y la eternidad es un deseo
para los enamorados
que quieren perderse
para siempre
en la noche del
infinito recuerdo...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
12.10.2011

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