En la madurez del alma... de Raquel Norma Smerkin Roitman
En la madurez del alma,
Pasas por mi mente
como si estaría viendo
una película,
muy propia, muy mía.
Vienes a visitarme
con tus miles de instantes,
que desde siempre
me pertenecen...
Ya no son recuerdos
que aparecen como sueltos,
son un bloque de sentimientos,
de convicciones, de resultados
que se fueron dando,
algunos buscados,
otros afortunadas consecuencias
de posibles aciertos,
y algunos no tan alegres,
pero con grandes enseñanzas.
Llegando a la madurez del alma
puedo vislumbrar
como si todo mi ser
estaría sobre una balanza,
sopezando cada uno de mis actos.
Con el tiempo, he aprendido
a amarme lentamente,
no fue tarea fácil,
no llegó de repente
esta autovaloración
de mí misma,
que se expresa a través
de un autoreconocimiento,
del que no tenía conciencia.
En la madurez del alma
he visto como mi espíritu
se halló a mi corazón,
formando un núcleo duro
de amor y comprensión.
He llegado a mí misma
con una constancia continua
armándome un lenguaje
propio,
para compartir mi experiencia,
mis sueños y mis vivencias
con todo el que desee
leerme o escucharme.
Quiero expresar mi
total lealtad, ante todo
hacia mi persona,
mi honestidad ante mí,
sobre todas las cosas.
Nunca me negué a ser yo,
cosa que mucho me costó,
porque siempre hay alguien
que quiere anularte,
que quiere despreciarte,
menoscabarte.
Los detractores nunca
se aquietan,
la tarea de seguir siendo,
de seguir creciendo,
es muy difícil de lograr,
para mí fue una gran lucha,
pero hoy
en la madurez del alma
lo pude lograr.
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
23.10.2011
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