Te amo... Te amo... Te amo...
Te amo...
me dijo el bramido del mar,
entre rebeldes y rápidas
olas enmarañadas...
Te amo...
escuché decirme la rosa
al brillar con la luz solar,
a pleno mediodía...
Te amo...
pareció repiquetearme
en mis oídos el viento,
mientras yo tras un jazmín,
corría y corría...
Te amo...
Confesó entre comillas
la noche, acompañada
de sus estrellas infinitas...
Te amo...
gritó la luna,
y su voz se escuchó
por toda la inmensidad
de mi emocionado corazón...
Te amo...
repitió la montaña
como haciendo eco
con sus demás hermanas,
en un paisaje tan frío, como seco...
Te amo... Te amo... Te amo...
toda la naturaleza a coro
pronunció estas grandiosas
palabas...
Qué asombroso corazón
tiene el universo,
que se arrodilla en su omnipotencia
hacia un habitante de este mundo,
tan pequeño...
Te amo... Te amo... Te amo...
Todo sonaba a un maravilloso instrumento,
creo que era la voz de mi espíritu
que gozaba por dentro,
de sentirse rodeada por la vida,
de vivir el amor, a cada momento...
Autora: Raquel Norma Smerkin Roitman
2.02.2012
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