sábado, 4 de febrero de 2012

Me quedó en las manos... la pobreza...

ME QUEDÓ EN LAS MANOS... LA POBREZA...

Me quedó en las manos... la pobreza...
quise retenerla pero se escapó
por esa calle oscura y desierta
de la estrecha esperanza,
de la malgastada ilusión...
Me quedó un sabor a pan y vino,
vino agrio desvelado, avinagrado,
y un pan duro sin remedio...
Me quedó en las manos... la pobreza
las lagrimas de los niños, sucias por el barro,
un montón de rostros humillados,
y espaldas encorvadas,
de tanto cargar el sobrepeso de la balanza...
Me quedó entre la lengua y los dientes
este poema,
que me arde como agua candente,
me quedó la rabia de los tristes,
de los desamparados que no piden...
Qué haré con esta locura social
entre las manos,
cómo podré seguir luchando por el bien,
por el amor...
Si bien sé que corre el dolor
velozmente por las calles
como un río que se desangra
en desamor e incomprensión...
Necia realidad que atormenta,
si la poesía pudiera ayudar
a esas mentes sin nutrientes,
y soltarle las riendas de la voluntad,
a esos cuerpos que piden alimento,
a esos ojos que se salen de la cara
por tener una oportunidad
para sus almas...

Autora: Raquel Norma Smerkin Roitman
4.02.2012
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